LA LLAVE PARA EL CAMBIO

Ayer martes veíamos cómo nuestros pensamientos controlan nuestra biología. Hoy empezaremos a profundizar en el proceso de identificación con esos pensamientos, siguiendo con la metáfora de nuestro jardín mental, vamos a ver qué flores (pensamientos) elegimos para sembrar en él.

¿Te has parado a pensar en alguna ocasión qué pensamientos pasan por tu cabeza? Parece fácil, ¿verdad? Pues no lo es en realidad. Normalmente pasamos el día desconectados de nosotros mismos, con la mente abstraída y pensando en todo y en nada a la vez. Lo que se suele llamar, en modo automático.

Los pensamientos, resultado de la interpretación que hacemos a cada situación, nos llevan a estados mentales y emocionales determinados, van creando nuestra realidad. Nuestra mente funciona como la pantalla de la tele, en ella pasan muchas cosas. Si emiten una película dramática nos hará llorar, si es cómica nos hará reír. Esto es porque hay una identificación con aquello que está representado en nuestra mente. Tal y como nos ocurre en estos casos, en cualquier circunstancia, la mente siempre hace una interpretación que implica un pensamiento, esto es así siempre que estamos activos mentalmente. Lo importante es ser conscientes de lo que pasa por nuestra mente porque si no lo somos, los estados emocionales y mentales a los que nos llevarán estarán determinados inconscientemente por patrones y clichés de experiencias pasadas. Si tenemos la experiencia de que ante una misma situación nos ha pasado algo desagradable, cuando volvamos a enfrentarnos a esa o parecida situación, nuestro cerebro interpretará un peligro y dispondrá a nuestro cuerpo a responder ante ese peligro.

Si cada día adquirimos un poco más de conciencia sobre nosotros mismos, de cómo pensamos y cómo sentimos ante cada situación, podremos decidir qué hacer con nuestros pensamientos para poder crear otra realidad. Alguien puede pensar ¿cómo se hace esto? en realidad no hay que hacer mucho, sólo ser consciente, observar, no es entrar en lucha con ellos, sino ver cómo son y cambiarlos para poder dominarlos sin que te dominen a ti. Es como la imagen un auriga que dirige una carroza con caballos. Imaginaos que los caballos son nuestra mente e impulsos, si están descontrolados, ellos decidirán dónde vamos. Por el contrario, si somos capaces de dominar esos caballos, nosotros decidiremos dónde queremos ir.

Nuestro deber como profesionales de la salud mental es ayudar a que las personas seamos más conscientes de las herramientas que tenemos para poder usarlas en nuestro beneficio. No dejes que la vida corra ante tus ojos, sé dueño de tu realidad. No podemos controlar lo que pasa a nuestro alrededor pero sí cómo interpretamos eso que nos pasa, eso es lo único sobre lo que tenemos control.

Siempre hay una oportunidad para el cambio, atrévete a intentarlo en el próximo minuto de tu vida! Ponlo en tu mente, SI LO CREES, LO CREAS.

BELÉN ALONSO MUÑOZ

Psicoterapeuta