¿A QUÉ CUERPO RESPONDE TU HAMBRE?

El ser humano no sólo tiene un cuerpo físico, también un cuerpo mental y un cuerpo emocional. Estómago, cerebro y corazón tienen que ir de la mano. Es necesario que aprendamos a escuchar cada uno de estos 3 cuerpos de forma independiente para dar a cada uno de ellos lo que necesita y así que puedan caminar juntos, integrados en cada uno de nosotros.

Si tienes una preocupación mental por una situación complicada en la relación con tú jefe/a, si no tienes las herramientas para solucionarlo en ese nivel, procurarás llenar el vacío que te genera esa situación comiendo. De igual manera si tenemos un desengaño en alguna relación, en vez de ver qué nos pasa, comprender nuestra situación y poderla superar, podemos utilizar como recurso para calmarnos nuevamente la comida.

Esto es muy importante, piensa siempre cuando tengas un vacío y lo sientas como hambre, analiza de qué hambre se trata. Piensa a qué responde ese estado, es hambre mental, emocional o físico. No tengas miedo a los vacíos, esos vacíos que nos dejan situaciones en las que las cosas no han salido como esperabas, algo que acaba, una relación, una persona que se va, etc. Los vacíos son imprescindibles para que algo nuevo aparezca, si todo está lleno en nuestras vidas, nada puede venir porque no cabe. De igual manera que cuando comemos a todas horas, no damos la oportunidad de percibir la sensación de hambre porque siempre estamos llenos, nada falta.

Piensa, siempre que en tu vida haya un “plus” o exceso de algo (comida, emoción, pensamiento) eso que sobra no corresponde a esa situación sino a otras situaciones o estados emocionales no resueltos.

BELÉN ALONSO MUÑOZ

Psicoterapeuta